A propósito de la reciente exposición Abstracción - Figuración en América Latina, en la galería LGM Arte Internacional de Bogotá que terminó hace pocos días, la revista Sinpretextos dialogó con el artista tolimense Darío Ortiz Robledo, digno exponente de la plástica nacional y cuya obra se encuentra en numerosas colecciones internacionales.
http://www.sinpretextos.com/souvenir/item/360-no-soy-un-modisto-que-saca-una-colección-con-cada-estación
1. Tu padre, el
maestro Darío Ortiz Vidales fue pintor, político e historiador. ¿Caíste en una familia que te
empujó a pintar o ellos no influyeron en
nada para esto?
R: Mi padre no fue pintor. Hizo algunos cuadros que es
diferente. Mi padre fue un abogado e historiador que ejerció la política, el
periodismo y el libre ejercicio de las ideas con acierto. Con innegable talento
para la pintura estudió unos años de arquitectura y pintó una decena de cuadros
antes de que su corazón se lo robaran las pasiones políticas y los secretos
perdidos de la historia nacional.
El participó con algunos consejos de mi despertar en el
mundo del arte y sus técnicas, pero luego durante años sufrió de pensar que yo
me dedicara al arte dejando de lado otras opciones de vida que entonces el veía
muy claras para mi. Al final daba
gracias de que hubiera cogido este camino y no el de nadar en las aguas
turbulentas y putrefactas de la actual política colombiana.
2. ¿Qué te ha quedado
de viajar por el mundo? ¿Ha influido en tu obra el recorrerlo?
R: Hace unos años se predicaba que si uno contaba la
historia de su aldea contaba la historia del mundo pero hoy ese puede ser un pensamiento provinciano. Nunca
como ahora hemos tenido tantas posibilidades de ser ciudadanos del mundo y
reconocernos diferentes y únicos en medio de tanta diversidad cultural que
tenemos a mano con sólo hacer un clic. Por supuesto viajando por tantos países
desde hace dos décadas se maravilla uno ante lo desconocido que no es otra cosa
que lo nuevo, pero a la vez se reafirma uno en sus convicciones individuales
como hijo que soy de otra aldea cualquiera.
3. ¿Te costaría
volver a Ibagué, para siempre?
R: Desde que paso el Magdalena y siento el olor de la tierra
tolimense soy otro. No imagino un lugar diferente para dejar mis restos.
4. Eres la cabeza del Museo de Arte
del Tolima y también quien se ha encargado de llevar en los hombros a esta
institución. Desde allí, ¿crees que Ibagué es consciente de la importancia del
museo a nivel nacional e internacional?
R: Hasta hace pocos años Ibagué era la ciudad más grande de Colombia sin
espacio para las artes plásticas. Había pocas personas dedicadas al arte y un
puñado de jóvenes entusiastas sin mayor futuro aparente pues no tenían donde
educarse ni donde ver ninguna obra de nivel. Hace diez años nadie daba un peso
por el futuro de la plástica en el Tolima. Hoy Ibagué cuenta con un museo, con
esculturas al aire libre, con una facultad de Arte , con algunos otros
proyectos académicos en marcha, con varias salas de exposición y otras tantas
cosas que vienen en camino como lo que será el panóptico.
No somos el único motor que el arte tiene en el Tolima actualmente pero
claramente si pusimos en marcha toda esa maquinaria que hoy cuenta con cientos
de jóvenes que quieren dedicar su vida al arte, y que son el combustible
necesario para que toda esa maquinaria siga avanzando y no deje de funcionar.
Ibagué, respondiendo a su pregunta, siempre está de siesta y todavía no
se ha dado cuenta, no es consciente, de lo que está ocurriendo en sus calles
mientras duerme. El museo puede dejar de existir cualquier día por la ceguera
de los políticos de turno pero ese virus del arte que le hemos inoculado a los
jóvenes de la ciudad es la incurable enfermedad de la creación. Creación que
transforma las conciencias, la manera de ver el mundo y que despierta a los
pueblos dormidos.
5. ¿Son los ibaguereños
indiferentes frente al arte?
R: Ibaguereños suena como a
masa, como a engendro acéfalo, a conjunto finito en los límites de la
geografía. Entonces me toca responderle con el tratamiento que se le da a los
conjuntos finitos: con números y estadística. A la exposición de Botero
entraron 65 mil personas, cerca del 15% de la población relativa de la ciudad.
Cada año nos visitan más de 20 mil estudiantes de colegios lo que permitiría
suponer que casi el ciento por ciento de los estudiantes de Ibagué en algún
momento han ido alguna vez al museo. La encuesta reciente de Napoleón Franco
sobre percepción ciudadana nos da el cuarto lugar como empresa en Favorabilidad
de los ciudadanos y otro tanto en Gestión por encima de empresas muy
significativas, de mucha trayectoria y de presupuestos gigantescos. Esos número deberían responder por si mismos.
Pero yo no trabajo para esa
masa acéfala sino para la gente, para los individuos que componen ese conjunto
finito que me propone, entonces ahí le digo que las opiniones están muy
divididas. Hay miles de ciudadanos ibaguereños que les importa cinco el museo
incluyendo a algunos de nuestros más notables líderes y prohombres muchos que
se llaman cultos al calor de un whiskey mientras mal pagan a un trio para que
les repita por enésima vez la misma canción; que se escudan en los muchos
problemas que tiene nuestra ciudad para justificar su falta de apoyo, como si
despreciando a los hacedores de la cultura mejoraran el nivel de vida de los
más necesitados, como si los hospitales, las carreteras, las industrias y los
colegios se hicieran al dejar de apoyar el arte. Patrañas! Son defensores de su
miope ignorancia y falta de sensibilidad, de su avaricia intelectual.
Una pequeña porción de la
gente de Ibagué, de esos individuos que especialmente me interesan, les importa
lo que pasa en el Museo, en la concha acústica, en los auditorios, en las
librerías, y es para ellos que hacemos todos nuestros esfuerzos. Es en el
despertar de las conciencias de esa pequeña porción de individuos que están
todas nuestras esperanzas para que los líderes del futuro tengan más que
proponerle a esa sociedad acéfala que ha sido dominada por los más ambiciosos
manteniéndola insensible e ignorante.
Creemos en nuestro trabajo
porque necesitamos una sociedad más
sensible, más imaginativa, más creativa para que salgamos del pozo sin fondo
del subdesarrollo. Es claro que no hay nada más peligroso que un pueblo
pensando y sabiendo elegir, ningún arma supera el poder de una idea, pero son
esas ideas nuevas las que transforman el mundo y construyen naciones poderosas.
6: ¿Cómo ves a los
nuevos artistas del Tolima? ¿Vale la pena nombrar algunos?
R: Nombrar a unos es no
nombrar a otros y sería injusto, pero claro que hay muchos que están trabajando
para ser esos nuevos artistas del Tolima que tanto deseamos tener. Es
impresionante el crecimiento del interés por las artes plásticas entre los jóvenes
de Ibagué. Muchos de ellos seguro darán mucho que hablar, y escribirán nuevas
páginas del arte tolimense.
7. ¿Cómo es eso de
pintar mujeres desnudas?
R: Yo no pinto mujeres desnudas, ni siquiera pinto cuerpos.
Yo pinto almas. Pinto lo que hay al interior de todos nosotros y que el cuerpo
y la ropa no tratan sino de ocultar.
Los desnudos femeninos en mi trabajo son una muy pequeña
porción de él y los realizo hace menos de una década, tras treinta años de
pintura, pero es increíble como me referencian con ellos. Algo debo estar
haciendo muy bien … o muy mal con ellos para que recuerden eso de mi trabajo más que todo lo
otro.
8. ¿Cuál de las
mujeres que has pintado ha quedado en tu eterno recuerdo?
R: Mi memoria es fresca aún y creo recordarlas a todas ya
que no son muchas. Pero ver los cuadros de mis hijas pequeñas, en su dulce
fragilidad, me remontan a un tiempo que no volverá.
¿Cuál es esa de tus
pinturas que más quieres y por qué?
R: Son varias! Las más feas , las más frágiles que se
dañaron, las que nadie quiso , las que nadie vio. Vivo tórridas pasiones con
mis obras, con las que he pintado y con las que sueño aún sin atreverme a realizar.
9. Hoy en día parece que el índice
más relevante para determinar la calidad de una obra de arte es su precio en el
mercado. ¿Cuánto hay de mercantilismo en el arte contemporáneo?
R: Estás diciendo un pleonasmo, arte contemporáneo y mercantilismo es
decir lo mismo. Un tiburón muerto flotando en formol sin valer diez millones de
dólares no es sino un tiburón muerto flotando en formol. En la página de Wikipedia de Damien Hirst el que disecó el tiburón,
actual icono del arte contemporáneo, no hay una sola frase que hable de arte,
ni de sus conceptos o sus ideas. Allí sólo se habla de drogas alcoholismo y
millones de dólares. En la de otro icono del arte contemporáneo como es Jeff
Koons se remata con la frase “lo tiene todo para se una estrella del mercado
del arte” Ellos no son sino hombres inteligentes que se aprovechan que a los
ricos les gusta estafarse entre ellos pues
los millonarios no encuentran un placer superior que quitarle el dinero
a otro millonario.
Pero no es solamente un problema del arte. Es esta sociedad que nos tocó
en suerte que confunde el éxito con la riqueza, el valor con el precio, vivir
con gastar y que cree que no hay nada más rejuvenecedor, bello y seductor que
el dinero.
10. Actualmente tus pinturas están colgadas en colecciones
públicas expuestas en el Albertina Museum de Viena o el Museo de Antioquia de
Medellín y en colecciones privadas como las de Salma Hayek, Mustafa Abunaba en República Dominicana, Jean
Luc-Varoni en Londres, la colección Haccchmann de Holanda o la Weil de Hong
Kong, ¿a qué le otorgas el reconocimiento de tu éxito como artista?
R: A que no voy a donde quieren ir todos. Yo no estoy
haciendo cola por la fórmula millonaria de los Hirst y los muchos Koons que
hay. He seguido un camino independiente, estoy en la otra orilla sin dejarme
llevar por la corriente y de pronto eso también tiene un significado para
alguien.
Y te aclaro que me siento muy exitoso, pero no por vender o
no vender o por quien tiene mi obra o por quien no la tiene. Soy exitoso porque
cada día de mi vida me levanto y me puedo dedicar a lo que más me gusta hacer.
Ese es el verdadero éxito en medio de ésta vida llena de dificultades, lograr
hacer todos los días lo que te venga en gana.
11. Y por último, ¿en qué nuevo
proyecto estás trabajando y sobre qué es
R: Estoy trabajando en un proyecto
nuevo que tiene ya más de veinte años de haberlo comenzado y que es mi obra. Es
una cosmogonía llena de imágenes figurativas en la que la especulación
conceptual va de la mano con la pintura y no se improvisan respuestas de
ocasión. Me parecería muy coqueto y divertido hablarle de lo nuevo con títulos
estrafalarios y frases rimbombantes de filosofía barata, pero no soy un modisto
que saca una colección con cada estación. Sólo tengo una obra en la que he
empeñado toda mi vida y se verá que es, que propuso y a donde llegó el día que me muera.
Lo dejo que una pintura me espera.