Una obra que trasciende de lo estético, debida y técnicamente tratado por el creador, y se extiende hacia un diálogo con sensaciones y reflexiones, es lo que propone Darío Ortiz Robledo, pintor colombiano que, a edad temprana descubrió en el arte una voz, una invitación al diálogo con el público.
Quienes se detienen a admirar sus escenas encuentran en ellas ese toque de pasado y presente, de un moderno renacimiento.
Esto es lo que plantea el artista colombiano, uno de los pintores que estará presente en la muestra organizada por el aniversario del Museo de Arte Moderno de Cuenca.
Cuadros de gran formato en técnicas de óleo sobre lienzo, carboncillo y mixtas, hasta ayer eran montados sobre marcos por personal de museografía. El pintor los observaba con detenimiento y formaba parte de las escenas con las que también dialogaba, en silencio.
Conocer sobre las historias contadas en su trabajo fue el objetivo, así como descubrir a creador y su mirada contemporánea evidente en la figura.
* Historias contadas sobre el lienzo. ¿De qué hablan? ¿Poseen una narrativa?
En estas obras de lenta elaboración y de personajes tan variados, lo que se produce es que termina habiendo una narración.Una narración que no parte de una historia lineal, porque el arte finalmente se trata de las cosas inmateriales, de lo que no se puede poner en palabras.Lo que trato es encontrar una serie de elementos, invisibles de los personajes, a partir de las inquietudes que uno tiene.En mi pintura, la gran inquietud y lo que me llevó a dejar hace algunos años todo lo que es la experimentación conceptual y la parte abstracta, es tratar de encontrar al hombre, al ser humano.
* El ser humano como inquietud ¿Qué de él lo motiva?
Son detalles cercanos. Algunos como una especie de cadáver exquisito que salen de manera inconciente y otros con conciencia donde hay cosas muy claras por definir.Una de esas inquietudes, por ejemplo, fue mi padre. Hace cuatro años murió después de una enfermedad muy larga. Yo había asistido a muchos entierros pero jamás yo había visto la muerte tan cerca, esa probabilidad que tenemos de morir.Esos conflictos que generaron la muerte de mi papá, de alguna manera se muestran en la pintura.Otro es el tema del sexo, que para Freud marca la pauta de los conflictos. Entonces de cierta manera yo me enfrento a mis propios conflictos frente al sexo y la respuesta de eso es la obra. Es una forma de ser honesto con uno mismo.
* ¿Cuándo descubre la necesidad de esa honestidad?
Lo que me llevó a esto fue que hace algunos años me gané un premio con unas obras muy contemporáneas y cuando los jurados, el día del premio, explicaron mis obras me di cuenta que ahí no pasaba nada, que ellos no habían entendido nada de lo que yo había hecho y que necesitaba un lenguaje más directo para generar un diálogo con el público a través de las figuras.
* Ser un artista contemporáneo ¿Qué es para usted?
Es una posición frente a la vida, no se trata de ser más o menos conceptual. Yo voy contra la corriente. Me parece que solo los peces muertos nadan con la corriente. El pez que está vivo tiene que nadar en contra. (MLS)
Diario El Mercurio, Cuenca Ecuador. Febrero 11, 2009
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